miércoles, 25 de agosto de 2010

La concha de Santiago.

Cuando los peregrinos llegaban a Santiago de Compostela, se les entregaba un pergamino que los confirmaba como tales y se les colocaba en su sombrero y su capa una concha de vieira, que acreditaba su estancia en Santiago, de modo que de regreso a sus pueblos de origen no quedaba duda de sus “logros y méritos personales”. De hecho, existía un importante mercado en la ciudad de Santiago entorno a la comercialización de las conchas de vieira traídas desde las playas de Galicia, cuya venta fuera de esta ciudad estaba escrupulosamente prohibida bajo amenaza de excomunión de la Iglesia Católica.

Un leyenda de Santiago cuenta que la concha más grande se encuentra en el interior de la esquina que une la Fachada del Tesoro y la Puerta de Platerías, concretamente en un pasadizo que comunica con la Catedral y que fue decorado en su parte exterior con una gran vieira labrada, que popularmente se conoce como La Concha. Tanto llamó la atención que la leyenda dice que sujeta toda la catedral.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que bonito XD yo tambien quiero ir llevame algun dia