Unos personajes que son personas. Un paisaje que es personaje. Los personajes son personas reales en cuanto tienen un mundo interior, el misterio del hombre.
Van al reencuentro de sí mismos tras la pérdida del yo, tras equivocarse. Dejan atrás la adolescencia, entran en la madurez después de traspasar una frontera definida, en el momento justo. El momento idóneo. Esta frontera es un acontecimiento en su vida. Es su historia, formada por acontecimientos, la que pone a prueba su capacidad de elegir. El uso de su libertad.
Hombres de honor. Personas leales, fieles. Personas que dudan. Personas que yerran. Hombres y mujeres que trabajan. La cotidianeidad como fondo. El paso del tiempo, de las estaciones. El omnipresente paisaje como fondo, otro personaje principal. La familia, lazos de sangre irrompibles. La amistad……
Y el Dominio Perdido, la búsqueda desenfrenada de Meaulnes de la felicidad. La historia del hombre, repleta de acontecimientos que ponen a prueba la capacidad de elegir. La permanente intuición de la grandeza que nos espera en algún Dominio Perdido. Hay que encontrar la senda. Hay que salir al camino. Hay que vivir.
Rafael Roldán (non legere sed eligere)
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